jueves, 26 de enero de 2006

No me mires, no me mires...

... dejaló ya, que no me he peinado a la moda y tengo una imagen demasiado vulgar para que te pueda gustar.

Son las 8:30h. Voy en el metro escuchando “Hope There’s Someone” de Antony and The Johnsons (me encanta esta canción!). Miro a mi alrededor y veo a “mogollón” de gente junta y sola. En silencio nos miramos mientras no nos miran, leemos, pensamos, escuchamos música, escribimos, nos sacamos mocos de la nariz...

Hay gente gris, que viste de gris ¿para camuflarse?, otros que pertenecen a alguna tribu urbana, me imagino, no me las conozco. Hay modernos, ejecutivos... gente que se da un toque original, ya sean unas gafas modernas, un peinado asimétrico color fucsia... gente con pasta (no mucha, supongo que estos no van en metro a estas horas de la mañana), gente elegante, gente con su metro cuadrado infranqueable (por suerte a estas horas también menos)...

¿Realmente todos juntos somos una masa uniforme?, ¿somos conscientes de pertenecer a esta masa?, ¿nos rebelamos contra ella cuando nos sentimos inmersos en ella?, ¿esta rebelión pasa por poner un toque original a nuestro atuendo y sentirnos así diferentes de la masa gris? ¿Es la vestimenta un medio frívolo de rebelión?, ¿Es la moda la respuesta?

Eih! Que chico más guapo, tremendamente guapo, yo diría guapísimo!, Oh-oh!, me está mirando!, creo que me he pasado el tiempo límite prudencial que permite mirar a alguien sin que este se sienta observado. Atención!, cambio de rumbo, mirada a ninguna parte, distancia reestablecida, inmersión!

¿Utilizamos la moda como protesta o simplemente para seducir?, ¿Y a quien queremos seducir, a los demás o a nosotros mismos?. ¿Es mi forma de vestir un mensaje?, ¿qué quiero decir yo cuando me da un día por ir de verde absoluto y llevo verde hasta las bragas?.

Atención pregunta: ¿por qué todos los arquitectos van de negro?

Ding, dong,ding PRÓXIMA ESTACIÓN DIAGONAL

miércoles, 18 de enero de 2006

Hola, esta soy yo



Para los que no me conocen, esta soy yo, haciendo el payaso, que se me da muy bien.

Fue una de las sesiones maratonianas que solemos tener cuando preparamos el premio de Arquitectura. Estuvimos preparando la exposición de proyectos para el jurado (mogollón de planos, fotos, documentación... ) y me salió una alergia no catalogada!

martes, 17 de enero de 2006

Racismo o Integración

La Mercè presentó este año 500 actividades con 3000 artistas, en palabras del alcalde esta quería ser una fiesta “de integración, de amor enraizado en la cultura de vivir y compartir”.
La integración no se trabaja sólo en la fiesta, el compartir un concierto, unas copas, un mismo espectáculo. La integración es tarea del día a día, en el barrio, con el vecino, en el colegio de tus hijos, en el mercado, en la calle...
¿Qué integración hay, por ejemplo, en el Raval, dónde sólo quedan los emigrantes con sus carnicerías árabes, sus peluquerías donde sólo se ven hombres, sus pastelerías con dulces pakistaníes, las tiendas de “todo” todo el día donde el dependiente apenas balbucea en castellano “x euros”; donde sólo quedan esos viejos barceloneses que ya no tienen ganas ni dinero para irse del barrio donde han vivido toda la vida; de dónde los jóvenes se van porque no quieren que sus hijos estudien en unos colegios donde el 85% de los niños son de padres pakistaníes, magrebíes, sudamericanos...?. ¿De qué integración está usted hablando Sr. Clos?
¿Acaso comparten los vecinos de Pedralbes las narcosalas o las putas con sus convecinos del Raval? ¿ A qué clase de amor enraizado en la cultura de vivir y compartir se refiere el Sr. Clos?.
El otro día paseando por Poble Sec vimos un piso "noucentista", precioso, en venta (estamos buscando piso B+B+B= bueno, bonito y barato en Barcelona, como miles de jóvenes y como ellos ya sabemos que esta es una misión imposible=M+I) y un amigo de un amigo, vecino de Poble Sec nos avisó: “ Ni se os ocurra, yo he puesto en venta mi piso, mi escalera está llena de sudamericanos que ponen la música altísima y hacen fiestas ruidosas y te encuentras a grupos de gente constantemente entrando y saliendo de la finca”. Tal vez este chico sea un racista y un caso aislado o tal vez es que esta “integración” de la que habla el Sr. Clos brilla por su ausencia.
No sé si ustedes piensan que en Barcelona a todos nos une un amor enraizado en la cultura de vivir y compartir o si ven, igual que yo, que tenemos un problema latente en nuestra propia casa que, si no le ponemos remedio, pronto estallará. Y la solución no es hacer oídos sordos y mirar hacia otro lado haciendo ver que no pasa nada, que vivimos en una ciudad de diseño, cosmopolita, acogedora, mediterránea, forum universal de las culturas... . El desconocimiento de las otras culturas que viven con la nuestra, la incomprensión de las costumbres de los que vienen a nuestra casa genera desconfianza y miedo; el sentirse aislado, apartado del resto como apestados crea resentimiento, el sentirse discriminado, despreciado genera odio y fomenta la violencia.
Yo soy sevillana y barcelonesa de adopción desde hace ya 9 años. Cuando llegué, en mi pueblo hacían cursos de catalán para adultos y me apunté. No sólo aprendí catalán, de lo que estoy orgullosa, sino a hacer panellets, a cantar el caga tió en navidad, a bailar sardanas... Tal vez todas estas actividades les parezcan un poco ñoñas y pasadas de moda, pero gracias a ellas me integré en mi comunidad y comprendí la manera de ser de los catalanes. Y por favor no simplifiquemos; “haga panellets y se sentirá catalán”. Yo no he renunciado a mi cultura y me siento sevillana, pero me encanta celebrar Sant Jordi y pasear por las calles llenas de rosas y libros, me encanta leer a Quim Monzó o a Mercé Rodoreda en catalán, me encanta haber aprendido cientos de nombres diferentes de setas...
¿No se puede hacer esto desde los centros cívicos de Barcelona? Ya sé que es un esfuerzo por ambas partes, pero nuestra parte (y me refiero a las personas ya integradas plenamente en la vida Barcelonesa) debería esforzarse más por esta integración, ya que somos los que en principio tenemos mayores medios económicos, el Ayuntamiento es el que administra el dinero de los impuestos de todos los ciudadanos. Y no digo que estas personas tengan que renunciar a sus costumbres, a su cultura, a su idioma, pero no nos engañemos: ellos han venido aquí y aquí tenemos nuestras propias costumbres, nuestra propia cultura, nuestra propia lengua: “Donde fueres haz lo que vieres”.
No quiero que Barcelona se convierte en un Londres o en un Nueva York con sus guetos: el barrio Chino (en las cercanías de la calle Trafalgar), el Ravalquistán, los sudamericanos en las cercanías de la Sagrada Famíla...
Hace poco leí lo de los niños de la calle en Poblenou, las autoridades desconocían la existencia de estos niños, tampoco se puede hablar de “latin kings” en el caso del asesinato en un instituto del barrio de la Sagrada Familia...
Basta ya de engañarnos y hagamos algo, por favor, para que esa “cultura de vivir y compartir” sea auténtica y verdaderamente compartida y no un simple reclamo político.