viernes, 4 de agosto de 2006

CERRADO POR VACACIONES


Son las 7 de la mañana. Se apetece la brisa fresca que entra tímidamente por la ventana. Hay menos gente que de costumbre en la calle. El metro va más vacío y las bermudas, cámaras de fotos, camisas floreadas, chanclas… substituyen a los trajes, a las corbatas y a los maletines de piel marrón.

Suenan las ruedas de los trollers rodando por las aceras y por Paseig de Gràcia ya pasean algunos turistas mapa en mano dispuestos a disfrutar de la ciudad antes de que el calor los derrita en el asfalto.

Me gustan todas las ciudades del mundo en verano, menos la mía.
Quiero ponerme mis shorts, mi pamela, mis gafas de sol, mi cuaderno de viaje.
Madrugar para sentarme en la terraza de un café a tomarme un buen desayuno y leer tranquilamente la prensa, o la guía de viaje y planear las visitas del día.
Viajar, llenar mis ojos de paisajes nuevos, hacerme entender en idiomas extraños, conocer costumbres diferentes a las mías… quiero estar de vacaciones!

martes, 1 de agosto de 2006

Los otros… viajes de Colón

Y siguiendo con el tema viajes (que ahora en verano es lo que pega) porque no, poniéndonos históricos, repasar los viajes de Cristóbal Colón.

Y ustedes pensaréis, y con razón, “Marisabel debe haber estado expuesta al sol mucho rato y la insolación ha hecho que desvaríe, o eso, o la necesidad urgente de vacaciones (que podría ser)”.

Y es que el artículo de El País del 1 de agosto sobre los recientes análisis genéticos de los huesos de Colón me ha dejado patidifusa.

Sí, efectivamente los huesos enterrados en Sevilla son de Cristóbal Colón, ¡sólo 200 gramos de huesos! Ya sé que el tema es un poco escabroso pero yo me pregunto: ¿y el resto de Cristóbal Colón? Pues resulta, y he aquí lo sorprendente, que Colón está repartido por todo el mundo, es más, Colón sigue viajando!
Murió en Valladolid en 1506 y en 1509 lo trasladaron al Monasterio de la Cartuja de Sevilla. Treinta y cinco años más tarde, es decir en 1544, se lo llevaron a Santo Domingo (?). En 1789 España perdió la guerra contra los franceses y tuvieron que salir por patas de la isla La Española (la actual Haití y República Dominicana), trasladando sus restos a Cuba. En 1898, España perdía Cuba y tampoco quisieron dejarles los restos de tan ilustre personaje a los norteamericanos y se lo trajeron de vuelta a Sevilla. Cosa de la que me alegro, porque seguro que hubieran hecho un parque de atracciones tipo Columbuslandia, o, quien sabe, tal vez hubieran lavado su imagen y la de los conquistadores españoles de la época y ahora tendríamos a San Colón de las Américas, porque estos con el marketing hacen virguerías, o a caso alguien habla de la exterminación de los indios norteamericanos?, si todo el mundo sabe que eran los malos, hombre! y si no que se lo pregunten a John Weyne.

Bueno, retomemos el tema que me pierdo por los cerros de Úbeda. Pues fíjate si ha viajado este señor, si creó que viajó más de muerto que de vivo que hizo 3 viajes a las Américas y pensando que iba a la India a por especias. Y he aquí la repuesta a mi pregunta, según José Antonio Lorente, responsable de la exhumación y análisis de ADN de los huesos, “…con este trajín, cabe la posibilidad de que cualquier persona que hubiera tenido acceso al cuerpo durante los traslados, decidiese guardarse algún recuero en el bolsillo y ahora los restos de Colón podrían estar en cualquier parte, incluida la casa de algún familiar del monje, funcionario o vigilante que no pudo resistir la tentación.”

Fíjate, y hay quien no sale de su pueblo!

Pero ahí no acaba la cosa. Después de más de un siglo sin moverse (demasiado para Colón) ahora cogen sus 200gr. de huesos y los reparten por las Universidades de Santiago, Barcelona, Roma y Leipzig (Alemania). Y yo me pregunto, ¿caería sobre Colón una maldición -la maldición del viajero- que le condenase a vagar por el mundo aún después de muerto? (léase con rayos, truenos y sonidos de puerta que chirría). ¿O está atrapado en la máquina del tiempo, (una en la que no funciona la marcha atrás) y sigue haciendo sus viajes virtuales a través del tiempo, camuflado entre nosotros, los vivos…? (otra vez truenos y rayos).

¿No será que, si aún no se sabe nada de sus orígenes (si genovés, si catalán…), es porque igual estos estaban muy mal vistos en la época (no sé, era judío converso o morisco, vete tu a saber) y ya se cuidó él de ocultarlos? Menudo trabajo tendría el pobre hombre como para venir nosotros ahora, en plan “Aquí hay tomate histórico”, a hurgar en la herida. ¡Qué manía nos ha dado a todos por sacar del armario a Colón! ¿Acaso le vamos a cambiar el nombre a un continente y le vamos a llamar ahora Colombia, haciendo uso de los copyrights que nos usurpó el tal Américo Vespuccio ese?

Por favor, desde aquí una súplica al más allá: ¡que alguien deje de potenciar el Feng Shui de los viajes de Colón y que dejen a sus huesos descansar en paz, de una puñetera vez!

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