Toda la vida tomando anticonceptivos con efectos secundarios para no quedarse embarazada y resulta que lo difícil es precisamente quedarse embarazada: 35% de posibilidades al mes en una pareja en edad fértil sin ningún problema; 20% de posibilidades a los 30; 10% a partir de los 35... Más que una estadística parece una bomba de relojería con cuenta atrás: 40 ¡¡¡BOOOMM!!!.
Porque sí, parece muy romántico esto de enrolarse en la ardua tarea de tener un hijo pero, al fin y al cabo, todo es cuestión de números, tantos por ciento, combinaciones y permutaciones: día 14 de un ciclo de 28, temperatura basal 36,2ºC, posible ovulación los días del ciclo 13, 14 y 15, posibilidades de fecundación de 12 a 24 horas después de la ovulación, esperanza de vida de un espermatozoide 48 horas, probabilidades de fecundación 18%, momento de realización del acto con posibilidades de fecundación.... CARIÑO AHORA O NUNCA!
Y luego claro, tienes que escuchar doscientas cuarenta y siete veces aquello de: “Tu no te estreses, no pienses en ello, en el momento que dejes de pensar, puf!, te quedas”; y otro clásico: “Tenéis que practicar mucho, mucho, pero que mucho...”
Y tú, mientras vas diciendo que sí con la cabeza e intentando que te salga una sonrisa (que del esfuerzo te sale más bien una mueca), te evades de la conversación mientras piensas “pa tus adentros”: “Claro, tengo que tomarme la temperatura basal cada día de mi vida antes de levantarme, lavarme los dientes, beber un vaso de agua, o ducharme; tengo que saber el día exacto del ciclo en el que estoy, hacer los cálculos de cual es mi día fértil, de cuando estoy ovulando, de cuando será mi próxima regla, de cuando... y claro dejo de pensar en todo esto y además no me estreso. Y sí, lo que más me gusta en este mundo mundial es hacer el amor con mi chico: por la mañana, al mediodía, por la tarde, por la noche, de madrugada, cuando llueve, cuando nieva, cuando hace frío, cuando hace sol, en primavera, en verano, en otoño en invierno... pero que voy como Chiquito de La Calzada: doblada con las manos en los riñones a la voz de “No puedoor, no puedorrrr”. Y luego está lo del momento exacto:”el día D, a la hora H... dividido entre 2 multiplicado por 3, menos 48 horas más 12 menos...”. ¿Qué pasión resiste las matemáticas?.
Y vas andando por la calle y sólo ves embarazadas y niños por todos sitios. Las amigas te llaman diciendo que están embarazadas, las vecinas están embarazadas, una conocida de la amiga de la amiga de fulanita... está embarazada... mientras piensas: “Sí, lo sé, es un complot contra mí! Lo tenéis todo perfectamente planeado, todos os habéis puesto de acuerdo y las embarazadas de todo el mundo me persiguen... ”, porque una ve CSI y sabe que estas cosas pasan.
Luego están las almas caritativas que se apiadan de ti (¡TE QUEREMOS SUSAN!!!), y te consuelan (porque el que no se consuela es porque no quiere): “Ya hay muchos niños en este mundo, algunos solos y abandonados, ser madre no es lo prioritario para una mujer hoy en día”... y pienso, es verdad, para mí nunca ha sido prioritario tener un hijo, ¿cuándo cambié de parecer?, ¿es verdad eso de que se activa tu reloj biológico?, ¿es a base de escuchar cuatrocientas cincuenta y dos mil veces lo de “que se te pasa el arroz” que surge este instinto más que maternal, yo diría de supervivencia?, pues el arroz está hecho con muy mala leche, no?.
Y las amigas creyentes que me preguntan: “¿Se lo has pedido a Dios?” (!). Y pienso en el chiste de aquel que en medio del desierto se cae por un precipicio y mientras a duras penas, se aguanta de una rama pregunta: “¿alguien me puede ayudar?”... y después del silencio más absoluto Dios le habla con voz omnipresente y le dice: “Suéltate, que yo te cogeré”... y él, incrédulo, contesta: “Sí, pero, ¿hay alguien más?”. Querida amiga, que te voy a contar, a estas alturas de la vida me he convertido en una CRISTIANA NO CATÓLICA ESCÉPTICA PRACTICANTE. Pero gracias por rezar por mí.
Y ahora más que nunca estoy en la etapa “Escéptica”, porque se pasa por muchas etapas: Etapa nº1: “Qué divertido, vivo para hacer el amor!” Etapa nº2 (después de unos cuantos meses): “Uih! Algo debe estar pasando porque no pasa nada de nada. Etapa nº3: “Tranqui, no hay que perder la esperanza”. Etapa nº4: “Joder! Vaya puta mierda! si que es difícil quedarse embarazada”. Etapa nº5: “Habrá que hacerse pruebas”. Etapa nº6: “Pruebas superadas! y?”. Etapa nº7: “Estoy de este tema hasta los ovarios!”. Etapa nº8: “Estoy muy sensible con el tema, al primero que me pregunte “y los niños para cuando?”, le cojo por los “güevos”, lo ato bocabajo del ventilador del techo y le doy la máxima potencia hasta que salga disparado a 200 por hora por la ventana, cerrada, del balcón. Uf! que a gusto me he quedao!”. Etapa nº9: Escepticismo. Etapa nº 10:? (aún no he llegado).
Y luego está tu ginecóloga (alias “la muy cabrona”) dando ánimos: “Es que claro, ahora se empieza muy tarde a querer tener hijos, la edad... ya se sabe, a los veintitantos se tienen hijos, y a los trentaitantos pues... miomas”. Grandes frases para la humanidad. Y te la miras allí tendida, con una pierna en África y la otra en Gibraltar, (que te sientes como la modelo de Courbet en su “Origen del mundo” pero mucho menos sexy), con su bata blanca inmaculada diciendo aquello de “Pero, relájate” (otro clásico) y entonces te la ves como uno de esos cómicos del Club de la Comedia, incluso escuchas risas grabadas, y piensas “a que te meto un cilindro de acero de 5cm de diámetro por tu santo recto, mala pécora, y te digo lo de relájate a ver si surte efecto?”, (vuelves a escuchar las risas grabadas). Pero en vez de decírselo cierras tus labios superiores y relajas los inferiores y dejas que la ciencia siga su curso.
- A mi querido compañero de desventuras que me sigue incondicionalmente en esta lucha diaria contra estos gigantes que dicen ser molinos.-
