Caminante

Camino siguiendo los ríos de lluvia por las aceras.
Cuando el agua desaparece tragada por las alcantarillas, yo sigo.
Los adoquines grises de las calles brillan mojados y
una bolsa de golosinas vacía navega rumbo sur
mientras los niños juegan en los charcos.
Sigo a mis pies a donde me lleven.
Sorteo las piedras, los coches, los agujeros del camino…
Aunque intento esquivar los charcos me mojo los calcetines y
al llegar a la encrucijada dudo, pero al final dejo que el corazón me guíe.
De vez en cuando me paro y miro con nostalgia el camino recorrido.
El día es largo, estoy cansada, pero reconforta encontrarse a algún amigo.
Me pregunto si me habré equivocado de calle, pero sigo.
Detrás de mi los caminos que otros han escogido.
Delante de mi, muchas calles por las que no pasaré nunca.
A veces voy tan deprisa que me pierdo la belleza del paisaje;
las conversaciones importantes;
los ojos de la gente.
Sólo miro mis pies, mis pies acomodados en mis zapatos,
mientras sigo preguntándome adonde voy y si me habré equivocado de camino.
Etiquetas: cuentos